Ventiladores Clyde
Uno de los cómics recomendados en ¿Qué cómics recomendarías...?
Las maneras clásicas de Seth, su amor por el detalle y los ritmos pausados, su particular forma de asimilar las influencias del cartón norteamericano de los años 50, tiñen este libro de una particular melancolía. Un relato minucioso. También, un emocionante ejercicio de nostalgia. Y la reconstrucción de un tiempo, de un espacio, míticos.
1957, en el Canadá, Simon Matchcard intenta encontrar nuevos clientes para su empresa Ventiladores Clyde. Es su primer trabajo como viajante de comercio y carece de toda confianza en sí mismo. Con el paso de los días, se sume en un silencio patológico...
1997, un anciano nos cuenta la historia de una familia y de su empresa: Ventiladores Clyde. Se llama Abraham "Abe" Matchcard, y es hermano de Simon.
Premios: Nominado mejor álbum, en el Festival Internacional de Angouleme, de 2003. Nominado mejor obra extranjera, en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, de 2003.
Seth, seudónimo de Gregory Gallant, nació el 16 de septiembre de 1962 en Clinton, un pequeño pueblo del sur de Ontario (Canadá). Gran aficionado a las tiras de prensa de Carlitos y Snoopy de Charles Schultz y a los cómics de Los Eternos de Jack Kirby, en la escuela de Bellas Artes de Ontario -donde se matriculó a principios de los ’80- descubriría a Robert Crumb, Edward Gorey, los hermanos Hernández, Hergé, Yves Chaland o John Stanley, así como la revista New Yorker, con su compendio de excelentes dibujantes humorísticos (Whitney Darrow Jr., Cobean, Sid Hoff, Charles Adams, Peter Arno, entre otros). Con este cóctel de influencias, empezaría a colaborar en 1991 con la editorial Drawn & Quarterly. Casi toda su producción en historieta ha sido publicada en la cabecera Palooka Ville, incluyendo la obra que llamó la atención general de público y crítica: La vida es buena si no te rindes (It´s A Good Life if you don´t Weaken, en Palooka Ville #4-9), recopilada en libro en 1996.
Como en otros autores de su generación (Charles Burns en Agujero Negro, Joe Matt en Buen tiempo, Chester Brown en El Playboy), la obra de Seth aparece marcada por el revisionismo del pasado, por la confrontación entre la vorágine actual, que se percibe despiadada, y una existencia tal vez más dura y sacrificada pero más honesta a sus ojos. De las páginas de Seth brota el dolor de los estragos del tiempo, de las incapacidades diarias, de las aspiraciones minúsculas, truncadas frecuentemente, que sazonan nuestro día a día. Es una melancolía de persona joven, de espíritu bucólico, sin la condescencia, el descaro o la comprensión de quien lleva el lomo medido por las inclemencias de los años. Reflexiones del autor sobre un futuro (que para los personajes es pasado) que se teme y desea tanto -y esto es importante- como se vive. Porque, en palabras del músico John Lennon, “la vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes.” Y así Abe y Simon van dejando atrás los días y comprendiendo, mucho tiempo después, qué les ha llevado hasta allí.
Las páginas de Ventiladores Clyde, pulcramente dibujadas y presentadas en un evocador bitono, exudan bonhomía por los cuatro costados. Hay tristeza también, pero sublimada por la esperanza de quien sabe que, mientras resistamos en pie, aún no se ha acabado la partida. No hablo de nada heroico, ninguna empresa que cambiará el curso de la historia, sino de aprovechar como se pueda nuestra estancia en este mundo, comprendiendo que seguir en él es una victoria tan insignificante para la dinámica del universo como magnífica a título personal. Sin apenas secundarios ni cambios de ubicación (el primer capítulo es un monólogo de Abe mientras recorre su casa en 1997; el 2º, la visita de Simon a un pueblo recóndito donde quiere probar su valía como vendedor en 1957), Seth centra su meticuloso escrutinio en ambos hermanos, separados por su temperamento dispar: Abe, resolutivo y pragmático; Simon, disperso y soñador. Pero… ¿es así realmente? La verdad está en los matices. Abe admite no haber sabido adaptarse a los tiempos, desperdiciando oportunidades valiosas; Simon acaba como contable desmintiendo (¿traicionando?) sus impulsos más imaginativos, representados en esas postales que colecciona compulsivamente y sobre las que piensa -algún día, quizá- escribir un libro [Zona Negativa]
Idioma: Español.
Editorial:
Sins Entido
Año: 2003
Guion:
Seth
Dibujo: Seth
Escaneador: [Seth] (CRG)
Archivos:
1
Formato: CBR.
Tamaño: 35 MB
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