Editorial: Kodansha
Año: 1988-2014
Guion y
dibujo: Kosuke Fujishima
Reseña: Hugo C
Cuando pensamos en mitología nórdica, lo primero que nos viene a la mente es: Odín, Thor, Loki, las Valkirias, Ragnarok, Asgard, Midgard, Richard Wagner, ABBA. Bah, ABBA no, pero seguro que lo último en lo que pensamos es en las Nornas.
Las Nornas son tres señoras que viven bajo las raíces del árbol Yggdrasil y se ocupan de tejer los destinos de los seres humanos. Se llaman Urðr, Verðandi y Skuld y se ocupan del pasado, del presente y del futuro, respectivamente.
En 1988 Kōsuke Fujishima comienza a publicar Aa! Megamisama, una comedia romántica protagonizada por un chico llamado Keiichi Morisato, un universitario amable, fanático de la mecánica y más bien apocado que por error se comunica con la línea directa de asistencia de las diosas. Una de ellas, Belldandy, se materializa a través de un espejo y le ofrece un deseo. Keiichi desea que Belldandy permanezca con él para siempre, y así comienza la trama de este manga que tarda más de 25 años en completarse.
Keiichi es expulsado del dormitorio de la universidad y termina viviendo con Belldandy (y más tarde sus hermanas Urd y Skuld) en un templo budista recientemente abandonado. El manga en un principio nos muestra la convivencia diaria, la vida en la universidad, en el trabajo, etcétera, todo eso complicado por las acciones bienintencionadas de Belldandy y sus hermanas, aunque, conforme va avanzando la trama, van apareciendo rivales y enemigos tanto humanos como sobrenaturales y Aa! Megamisama pasa a ser un manga de aventuras con un toque de comedia y apenas una leve insinuación de romance, tal vez la única manera de estirar la historia durante un cuarto de siglo.
Ah, sí, porque la trama romántica avanza muy lentamente, o casi no avanza. Aa! Megamisama tiene dos protagonistas muy, pero muy, pero MUY mojigatos, que se ponen colorados si reciben un beso en la mejilla. SPOILER ALERT: por supuesto que al final se casan, pero para eso tenés que masticarte cientos y cientos (!) de episodios durante los cuales el pobre Keiichi no se come una rosca.
En cuanto a las otras diosas, y a riesgo de simplificar demasiado, digamos que Urd no sólo es la hermana mayor sino la más experimentada, la más descontracturada. Es la experta en pócimas de toda clase y es mitad diosa y mitad demonio, y no lo digo en sentido figurado. Es la que hace más fuerza para que Keiichi y Belldandi terminen juntos. Skuld, la menor, es la diosa del futuro y como tal no recurre a pociones mágicas sino que soluciona los problemas construyendo robots y toda clase de aparatos. Es la hermanita celosa y un poco inmadura, y tanto ella como Urd le dan vida a los episodios en los que aparecen, algo más que necesario ya que cualquiera de estas dos tiene más personalidad que Belldandy, cuya principal y casi única virtud (en cuanto a la construcción del manga) es ser "buenita". Supongo que lo mismo pensó Fujishima ya que tanto Urd como Skuld pronto dejan de aparecer esporádicamente y pasan a ser personajes regulares hasta el final de la publicación.
El dibujo de Fujishima va evolucionando con el tiempo, y eso se nota especialmente en el diseño del personaje Belldandy, que en un principio mantiene la apariencia que tenía cuando apareció por primera vez en un episodio de You're Under Arrest! (el manga de Fujishima inmediatamente anterior a Aa! Megamisama), pero luego se suaviza y mejora bastante, o al menos se nota que el tipo le va tomando la mano a los personajes hasta llegar a sus versiones estables y definitivas. Lo que se mantiene constante desde el vamos es la calidad de los dibujos de todo lo que tenga que ver con la mecánica: motos, autos, robots, lo que sea, incluso los inventos de Urd, todo tiene una mezcla de realismo y fluidez que se integra perfectamente con el resto de la página.
Este manga se edita en España bajo el sello de Norma en forma de tankōbon (tomito recopilatorio) con el nombre de Ah! Mi Diosa desde 2005, y en EEUU es publicado en ese mismo formato por Dark Horse desde 1989 como Oh! My Goddess. Existe una edición española previa a la de Norma, la de Planeta-DeAgostini que lo publicaba en formato comic-book de 32 páginas. Dark Horse también supo editar episodios selectos de Oh! My Goddess en formato cómic, espejando las páginas. Incluso llegó a lanzar recopilatorios de esos cómics, aunque años más tarde reeditó el manga sin espejar, en formato tankōbon, desde el principio y sin saltearse ningún episodio. ¿Lo recomiendo? Sí, por su valor como comedia y por su calidad en general. Eso sí, si lo les tan sólo por el romance te vas a morir de asco esperando que pase algo.
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