Año: 2021
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Ilya Naishuler
Guión: Derek Kolstad
Con: Bob Odenkirk, Aleksey Serebryakov, Connie Nielsen, Christopher Lloyd, Michael Ironside, Colin Salmon
Grado: B+
Reseña: Hugo C
Hay todo un subgénero en el cine de acción que se podría llamar "os habéis metido con el hombre equivocado". Por lo general se trata de un narcotraficante, un jefe de policía corrupto o o un jefazo de la mafia rusa o japonesa, con una horda aparentemente interminable de secuaces y armamento, que decide tomárselas con ese don nadie humilde y callado y borrarlo de la faz del planeta, o matar a su novia y a su mejor amigo, o peor aún, entrar en su casa a altas horas de la noche y beberle la leche al gato.
De lo que nadie se suele percatar es que el don nadie suele tener un sospechoso parecido con Rutger Hauer, Chuck Norris, Jackie Chan, Vin Diesel o Keanu Reeves.
A ninguno de los villanos les entra en la cabeza que pueda haber resistencia alguna, y cuando los secuaces comienzan a regresar dentro de esas bolsas plásticas tan convenientes que solemos ver en las series policiales, ya es demasiado tarde y el jefazo decide ir a por todas y enviar a sus últimos hombres a cargarse a ese don nadie, quien por supuesto termina con todos ellos y, ya en los últimos minutos de la película, con el mismísimo jefazo.
La más reciente adición a la lista es Nobody (2021), una película escrita por el mismo guionista de John Wick (2014) y su segunda secuela. La protagoniza Bob Odenkirk, el mismo de Mr. Show, o, para el gran público, Saul Goodman de Breaking Bad y Better Call Saul, un actor y comediante muy talentoso pero que poco se parece a Rutger Hauer, Chuck Norris, Jackie Chan, Vin Diesel o Keanu Reeves. Y justamente ahí está la gracia.
La sinopsis de IMDb habla de un hombre que interviene para ayudar a una mujer acosada por una patota y termina convirtiéndose en el blanco de un narcotraficante vengativo. Por alguna razón, esa descripción no me parece del todo correcta, ya que me suena a algo más dramático de lo que es. No es una parodia tampoco, pero ciertos elementos se amplifican un poco y resultan graciosos. Fíjense, por ejemplo, qué es lo que termina por hacerle saltar la térmica a nuestro héroe. En John Wick, era una perrita. Aquí es…
…un brazalete con un gatito. Repito, no es una parodia, es una historia bien contada y que se sostiene por sí sola, pero que resulta especialmente divertida para quien haya frecuentado el subgénero de "os habéis metido con el hombre equivocado". El elenco es muy bueno –con una bella actuación de Christopher Lloyd y con RZA como el hermano del protagonista–, el villano es carismático y con matices que no suelen tener los villanos de este tipo de películas, las escenas de acción están bien coreografiadas y en general, es una película satisfactoria, o, mejor dicho, llena de momentos que satisfacen.
Paréntesis para quienes no sepan qué es la pistola de Chéjov: se la menciona cuando en una obra de teatro, un episodio de una serie, una película, etcétera, se introduce un elemento que luego será usado o tendrá una razón de ser en una escena posterior. El ejemplo clásico lo dio el mismísimo Antón Chéjov: si el autor pone una pistola sobre la mesa, más le vale asegurarse de que alguien apriete el gatillo antes de que caiga el telón.
Nobody está lleno de ese tipo de cosas: elementos, situaciones, frases que se van sembrando y eventualmente reaparecen pero con otro significado o sencillamente cerrando un círculo. La tarjeta del bus, la alimaña que intentan sacar del techo de la oficina, la oferta de compra de la fábrica, el vecino que alardea de su auto nuevo –o más bien, heredado– la mina Claymore, la razón por la cual Hutch no golpea a la pareja de asaltantes, etcétera, todo tiene su segunda vuelta por el candelero, y uno entiende entonces el por qué de cada cosa, si ha estado prestando atención.
Para cuando ruedan los créditos finales, uno cae en la cuenta de que Nobody no es sino una película familiar de Disney de los años 60 –con el padre, la madre, los niños, el tío y el abuelito–, pero con violencia, sangre y tripas.
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